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Foto del escritorHéctor Muñoz

El paganismo oculto

Actualizado: 18 feb

“El paganismo es un concepto religioso genérico empleado por los cristianos desde el siglo IV, en el Imperio romano, para designar al conjunto de creencias que no pertenecían ni al cristianismo ni al judaísmo.”


(Zeiller, Jacques (1940). «« Paganus. Sur l'origine de l'acception religieuse du mot »». Comptes-rendus des séances de l'Académie des Inscriptions et Belles-Lettres, 84e année, N. 6,: 540-541.)


En la actualidad hay un Neopaganismo al que Wikipedia define así:


“El neopaganismo es el conjunto de movimientos espirituales modernos inspirados en diversas formas de religiosidad politeísta anteriores al cristianismo, a menudo emparejado con una interpretación religiosa de la ecología moderna. Este movimiento puede dividirse en cuatro grandes ámbitos: la brujería tradicional, la  wicca  y tradiciones derivadas, los sincretismos y, finalmente, diversos tipos de reconstruccionismo neopagano .


Se estima que actualmente en el mundo hay aproximadamente un millón de neopaganos.”

(Neopaganismo - Wikipedia, la enciclopedia libre)


“Dios es el nombre que se le da en español a un ser supremo omnipotente, omnipresente, omnisciente y personal en religiones teístas y deístas (y otros sistemas de creencias) quien es: o bien la única deidad, en el monoteísmo, o la deidad principal ( monolatría ), en algunas formas de politeísmo, como en el henoteísmo.”


(Swinburne, R. G.: «God», en Honderich, Ted (ed.): The Oxford Companion to Philosophy. Oxford (Reino Unido): Oxford University Press, 1995.)


Las personas ateas se consideran que no tienen religión, pero cuando evaluamos cada uno de los casos por separado encontramos que lo que cambia es su concepto de dios, pero en la práctica si lo tienen, pueden ser ellos mismos, el dinero, su carrera, su familia, o cualquier otra cosa que para ellos tenga la mayor importancia en su vida. Entonces, según el concepto judeo-cristiano de paganismo los ateos entrarían también en la categoría de paganos, lo que no les molesta realmente, ni les interesa negar. De esa cuenta cualquiera que no sea judío o cristiano, es pagano.


¿Pero qué pensarías si te dijera que inconscientemente estás siendo pagano oculto?

“No tengas ningún otro dios aparte de mí.” Éxodo 20:3 NTV


En la tradición judeo-cristiana tenemos éste como el primer mandamiento. Y definimos paganismo a todo lo que incumpla este mandamiento. En ese orden de ideas todo lo que en nuestro corazón ocupe una función que pertenece a Dios se convierte en un dios aparte de Él.


Generalmente esta idea la asociamos con nuestro ego, el dinero, la familia, etc. Y nos centramos en buscar poner a Dios en primer lugar, antes de esas cosas. Pero muchas veces olvidamos que hay otra cosa en nuestra sociedad que está buscando ocupar el lugar de Dios en nuestras vidas, pero muy sutilmente: El estado.


El sistema de gobierno imperante en nuestros países actualmente es estatista, le entrega poderes, recursos y funciones al gobierno, que deberían ser manejados por los ciudadanos particulares; ¿cómo lo hace?


Poniendo en nosotros ideas como las siguientes:


“Si dejamos libres a los empresarios, ellos se aprovechan de sus trabajadores, por eso es necesario que el estado intervenga y regule las relaciones entre patronos y trabajadores”


“Si dejamos que la gente contrate libremente los servicios médicos, los doctores lucrarán con la salud y la gente saldrá perjudicada”


“Es necesario que alguien regule y proteja el medio ambiente, si lo dejamos en manos privadas sólo se aprovecharán y obtendrán beneficios económicos”


“Si liberamos el mercado los pequeños productores se verán perjudicados, porque no pueden competir”


“Si no ponemos aranceles a las importaciones nuestra industria nacional se verá perjudicada”


Y la respuesta usual a todas esas ideas es: “crearemos una institución del gobierno que se encargue de regular esa materia específica”, aumentando así los poderes del estado, entorpeciendo la acción privada, y poniendo en nosotros la idea: “el estado me cuida, él sabe lo que es mejor para mí”.


Una extrapolación a esta idea la vimos muy claramente durante la reciente pandemia, pues entregamos al gobierno nuestra libertad, la potestad de decidir cómo proteger mi salud y la de mi familia, le dimos carta blanca para gastar dinero que no tenemos y manejarnos a su antojo.


En vez de informarnos de fuentes científicas y expertos, tomamos el discurso de los medios de comunicación y entidades gubernamentales como cierto. Pusimos nuestra confianza en el estado, cuando esa confianza sólo le pertenece a Dios.


El gobierno es una institución que Dios estableció y dio las directrices de cómo debe ser en los libros que escribió Moisés y el libro de Josué da ejemplos de cómo este sistema de gobierno traía de regreso al pueblo al camino correcto. También nos advirtió sobre los peligros del estatismo:


“Esta es la manera en que un rey gobernará sobre ustedes -les dijo- El rey reclutará en el ejército a los hijos de ustedes y los asignará a los carros de guerra y sus conductores, y los hará correr delante de sus carros. Algunos serán generales y capitanes del ejército, otros serán obligados a arar y a cosechar los cultivos del rey, y otros harán las armas y el equipo para los carros de guerra. El rey tomará a las hijas de ustedes y las obligará a cocinar, a hornear y a hacer perfumes para él. Les quitará a ustedes lo mejor de sus campos, viñedos y huertos de olivos, y se los dará a sus oficiales. Tomará una décima parte de su grano y de sus cosechas de uvas y la repartirá entre sus oficiales y miembros de la corte. Les quitará sus esclavos y esclavas, y les exigirá lo mejor de sus ganados y burros para su propio uso. Les exigirá la décima parte de sus rebaños, y ustedes serán sus esclavos. Cuando llegue ese día, suplicarán ser aliviados de este rey que ahora piden, pero entonces el Señor no los ayudará.” (1 Samuel 8:11-18).


Te invito a que reflexiones sobre el papel que debería tener el estado en tu vida, y luches por ponerlo en el lugar que le corresponde. A eso se refería Jesús cuando dijo: “Dad al César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (Lucas 20:25, Marcos 12:17 y Mateo 22:21).


El sistema actual es estatista, debemos transitar a uno de gobierno limitado. La única forma pacífica de lograrlo es por medio de la democracia, a través de un partido político. Si quieres saber más y apoyarnos en nuestra lucha por el cambio de sistema visítanos es aquí.

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